buenas noches... y buena suerte
si Mayor Oreja fuese alemán y lo que ha dicho del franquismo lo hubiese dicho del nazismo, sería carne de prisión. si Mayor Oreja fuese republicano y se hubiese significado en su momento contra del Régimen como ahora lo ha hecho a favor, estaría, en el mejor de los casos, en prisión. en el peor (o el mejor, según se mire) estaría fusilado, pudriéndose en una cuneta o enterrado en una fosa común.
y es que la democracia española, ya lo hemos dicho otras veces, se estructuró en torno a premisas imprescindibles entonces (el consenso, la renuncia...) pero no ha sabido modernizarse y adecuar sus presupuestos fundacionales a lo que demanda el grado de madurez democrática de parte de su sociedad. por eso Mayor Oreja puede decir lo que dice sin que pase nada. nada en los juzgados, nada en su partido, nada en sus militantes.
pero, no nos engañemos, no intentemos minimizar el alcance de su declaración para no enfrentarnos a una demoledora evidencia que no es otra que la de que Mayor Oreja ha demostrado ser un personaje repugnante, heredero directo de un tiempo y un régimen caduco, finiquitado. decir que como va a condenar el franquismo si muchas familias lo vivieron con normalidad es una falta de respeto de tales dimensiones, a tantos y tantos miles de víctimas que lo convierten, automáticamente, en un despreciable vestigio de un pasado que nunca debió tener lugar, en un nauseabundo representante de la parte de nuestra sociedad que se resiste a extinguirse.
porque, tampoco nos engañemos en este punto, Mayor Oreja sólo ha sido la voz de un pensamiento bastante más extendido de lo que nos gustaría. Mayor Oreja ha verbalizado una idea latente en gran parte de su partido y de sus votantes y, como tal, como cargo electo que es, sería aconsejable que alguien, dirigentes o electores, le desacreditasen inmediatamente. porque en este caso el silencio es cómplice. porque si todo esto fuese sólo cosa suya, o de unos poquitos que, como él y otros viejos decrépitos afines a él, se excitan pensando en regímenes dictatoriales, que reprimen su condición de parafascistas bajo falsos trajes de demócratas, el problema sería mucho menor. no habría más que esperar a que el tiempo u otra Operación Ogro, por ejemplo, hiciesen su trabajo y se los llevase por delante para brindar y dormir tranquilos. como no es así, seguimos durmiendo con la luz encendida a la espera de la más mínima oportunidad de matar a la bestia.
hasta entonces, buenas noches... y buena suerte.
y es que la democracia española, ya lo hemos dicho otras veces, se estructuró en torno a premisas imprescindibles entonces (el consenso, la renuncia...) pero no ha sabido modernizarse y adecuar sus presupuestos fundacionales a lo que demanda el grado de madurez democrática de parte de su sociedad. por eso Mayor Oreja puede decir lo que dice sin que pase nada. nada en los juzgados, nada en su partido, nada en sus militantes.
pero, no nos engañemos, no intentemos minimizar el alcance de su declaración para no enfrentarnos a una demoledora evidencia que no es otra que la de que Mayor Oreja ha demostrado ser un personaje repugnante, heredero directo de un tiempo y un régimen caduco, finiquitado. decir que como va a condenar el franquismo si muchas familias lo vivieron con normalidad es una falta de respeto de tales dimensiones, a tantos y tantos miles de víctimas que lo convierten, automáticamente, en un despreciable vestigio de un pasado que nunca debió tener lugar, en un nauseabundo representante de la parte de nuestra sociedad que se resiste a extinguirse.
porque, tampoco nos engañemos en este punto, Mayor Oreja sólo ha sido la voz de un pensamiento bastante más extendido de lo que nos gustaría. Mayor Oreja ha verbalizado una idea latente en gran parte de su partido y de sus votantes y, como tal, como cargo electo que es, sería aconsejable que alguien, dirigentes o electores, le desacreditasen inmediatamente. porque en este caso el silencio es cómplice. porque si todo esto fuese sólo cosa suya, o de unos poquitos que, como él y otros viejos decrépitos afines a él, se excitan pensando en regímenes dictatoriales, que reprimen su condición de parafascistas bajo falsos trajes de demócratas, el problema sería mucho menor. no habría más que esperar a que el tiempo u otra Operación Ogro, por ejemplo, hiciesen su trabajo y se los llevase por delante para brindar y dormir tranquilos. como no es así, seguimos durmiendo con la luz encendida a la espera de la más mínima oportunidad de matar a la bestia.
hasta entonces, buenas noches... y buena suerte.
Etiquetas: condena, democracia, dictadura, franquismo, guerra civil, jaime mayor oreja
escrito por Hubert a las 15:57