Rusia propone, Rusia dispone, Europa se calla
sin tener que llegar a Arabia Saudí tenemos cerca el ejemplo de Rusia, país aparentemente democrático pero con el germen de la dictadura impregnando todo su aparato estatal. tan inteligente como despiadado, Vladimir Putin ha aprendido como desacreditar públicamente a sus rivales europeos cuando deciden reprenderle y, sobre todo, como chantajearlos entre bambalinas imitando el peor estilo de sus adversarios. ya no es necesario que esgrima las armas de la amenaza nuclear o del derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, ahora basta con reposar la mano sobre el botón rojo que cierra el grifo del gas y el petróleo que nos abastacen para que los europeos bajemos las orejas y asintamos como perros obedientes. todo vale con tal de no enfadar a la gallina de los huevos de oro.
dejamos actuar y miramos para otro lado, que es lo que mejor sabemos hacer y sobre lo que sustentamos nuestra precaria autoridad moral: si no lo vemos es que no está pasando, y si no que pregunten a ruandeses, bosnios o congoleños. dejamos actuar y en Chechenia se secuestra, viola, tortura y asesina sistemáticamente sin que nos llevemos las manos a la cabeza, como en otras ocasiones. dejamos que un psicópata como Ramzan Kadyrov se haga con el poder en la zona y no hacemos nada para evitarlo, como en otros lugares. dejamos que se asesinen periodistas y más periodistas y ex-agentes secretos que tratan de denunciar las injusticias de un país corrupto, mafioso e institucionalmente violento, y no levantamos mucho la voz, no sea que se nos oiga. se encarcelan opositores al estilo estanilista o se gestiona criminalmente el terrorismo y todo lo que se nos ocurre es poner a uno de nuestros más reputados líderes a gestionar la construcción de un gaseoducto que nos asegure nuestra cuota. se patrocinan dictaduras o se practica la represión como método negociador y no parece importar. el Consejo de Europa elabora informes para que sus colegas se limpien su refinado culo de diplomáticos con el papel pagado con nuestros impuestos.
Rusia se convierte de esta manera en un monstruo cada día más difícil de detener. su descaro va aumentando según su poder aumenta. las instituciones democráticas se convierten en una broma de mal gusto, se crean partidos políticos para dar una apariencia de falsa pluralidad, se ahoga a la oposición hasta exterminarla y se alimentan bestias incontroladas. no hay problema mientras estemos en el bando del matón de clase. pero a veces la mierda que hemos ido ocultando rebosa el límite de los Sudetes y es entonces cuando, amenazados, nos entran las prisas por actuar.
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escrito por Hubert a las 21:11 comentarios de este post (1)